"¡No me lo puedo creer! ¡Nunca pensé que me tocaría a mí! Moltíssimes gràcies." – Dijo entre lágrimas Héctor Héctor, 10 años, Valencia.
Cuando escuché eso, casi me pongo a llorar. La emoción en su voz... no tiene precio. Para ese niño, un simple regalo se convirtió en un sueño hecho realidad. Es impresionante cómo algo tan pequeño puede marcar una diferencia tan grande. De verdad, te cambia la forma de ver las cosas...